¿Quien en su sano juicio tendría en su poder un animal mítico, único y de paso azul, y lo dejaría atado por allí a su suerte, para luego como si nada desapareciera, y venir a darse cuenta después de 54 años? La respuesta es, mucha gente. Si mucha incluyendo a Silvio Rodríguez.
El unicornio azul representa la libertad, la esperanza, la utopía, con la que muchos cubanos soňaban, hace más de medio siglo. Al igual que aquí, esos soňadores, apoyaron a un líder que cuando se descubrió, como el eterno dueňo de la verdad a toda costa, miraron a otro lado, para no dar su brazo a torcer, por miedo, o esperando que otros forzaran el cambio.
Tarde declaro Silvio Rodríguez que Cuba necesita un cambio, tarde se dio cuenta Silvio, que una mano con olor a tabaco, tomo las riendas del unicornio y lo desapareció, fue más cómodo pensar que se fue, o quizás era más fácil conformarse con cantar para vivir, Yolanda o el breve espacio en que no estás, sin saber que la libertad se les puede ir, no por un breve espacio de tiempo, porque como en Cuba ya van más de 54 años.
Si no me hago entender discúlpenme, quizás luego les cante una canción.