Amalila quería ser madre, pero tuvo
que suspender el tratamiento hormonal,
no era lo planificado, pero traer el tratamiento del exterior, que antes se
encontraba fácilmente, no era posible, Estefania, no planeaba ser madre, pero
debido a una condición, tiene contraindicado recibir tratamiento hormonal
y el hecho que no existan dispositivos
intrauterinos a la venta, cambió su vida, hoy recibió la noticia, está en
embarazada, quizás o era el mejor momento, ni se sentía preparada, pero es una
bendición, Adriana periodista embarazada, es asesinada de un balazo, por un ex
presidiario con porte legal de armas y que aún disfruta de libertad, Susana da
a luz un hijo prematuramente, sus pequeños pulmones no están maduros aún, se
precisa administrarle surfactante, pero no se encuentra, no hay, el ruego es
doble, una bacteria en el hospital, de la cual ya se había advertido al
director del mismo, sin lograr que este aceptara la realidad, habría cobrado
siete cortas vidas, allí mismo un neonatoóogo, había renunciado, porque
"El estudio para salvar vidas, no para ver cómo se pierden sin razón"
En un clínica, Griselda da a luz un niño hermoso, a la semana, se complica con una meningitis, los hospitalizan, todos los recursos están a su disposición, pero no pueden tomarle una vía, para atacar con antibióticos, no se encuentra en todo el país, un catéter French 3.5, se requiere un cirujano pediatra intensivista, que se arriesgue a colocarle uno 4.0 que es el que hay, al otro lado de la ciudad, Juanita madre de cuatro, sueña con sacar a sus hijos adelante parándose temprano y vendiendo como siempre sus empanadas, pero ya no puede estar al pendientes de ellos, porque pasa horas y camina muchas cuadras, todos los días, buscando harina, aceite, y la leche que necesitan en casa, a Valeria, le preocupa que su único hijo tenga oportunidades al salir de bachillerato, quiere salvarlo del adoctrinamiento, de la ideología del desastre, del 058, de la nodriza cubana, del pensamiento único.
El caso de Gabriela son tres historias, todas nacidas de su vientre, su hija mayor quiere irse el país al apenas graduarse, su segundo hijo, cree que la solución está en la calle, en la protesta, en la resistencia, y el menor, el que cree en el diálogo, la paz, y la razón, hoy está preso, luego de que en la madrugada , los sacaran del campamento a golpes, acusándolo de tener armas y drogas, pero sobre todo de tener sueños de libertad.
El hijo de Blanca, apenas sale de cuidados intensivos, recuperándose del balazo que comprometió su pulmón, mientras que Lilian saca fuerzas desde donde no tiene, para ver a su esposo y compañeros, presos por pensar diferente, ya Bonys sabe lo que es criar a sus hijos, luego de que la irracionalidad y la injusticia, le arrebatarán sus mejores años, mientras Rosa, convirtió las lágrimas por la muerte de su hija Geraldine, en la búsqueda de la verdad y la justicia.
Para doña Josefa, de 68 años, las bombas lacrimógenas, son sólo un recordatorio de todas las injusticias, para las que el llanto, es apenas un condimento que aliña su lucha desde su esquina, pancarta en una mano y Rosario en otra.
Todas están en el mismo barco, en la misma carencia, no celebran su día, conmemoran lo que fue, la madre número 13, es como todas, no sabe lo que pasará mañana, no tiene nombre pero tiene rostro de preocupación, es el ejemplo, es el amor, pero también la fuerza del cambio, para todos y para bien.
En un clínica, Griselda da a luz un niño hermoso, a la semana, se complica con una meningitis, los hospitalizan, todos los recursos están a su disposición, pero no pueden tomarle una vía, para atacar con antibióticos, no se encuentra en todo el país, un catéter French 3.5, se requiere un cirujano pediatra intensivista, que se arriesgue a colocarle uno 4.0 que es el que hay, al otro lado de la ciudad, Juanita madre de cuatro, sueña con sacar a sus hijos adelante parándose temprano y vendiendo como siempre sus empanadas, pero ya no puede estar al pendientes de ellos, porque pasa horas y camina muchas cuadras, todos los días, buscando harina, aceite, y la leche que necesitan en casa, a Valeria, le preocupa que su único hijo tenga oportunidades al salir de bachillerato, quiere salvarlo del adoctrinamiento, de la ideología del desastre, del 058, de la nodriza cubana, del pensamiento único.
El caso de Gabriela son tres historias, todas nacidas de su vientre, su hija mayor quiere irse el país al apenas graduarse, su segundo hijo, cree que la solución está en la calle, en la protesta, en la resistencia, y el menor, el que cree en el diálogo, la paz, y la razón, hoy está preso, luego de que en la madrugada , los sacaran del campamento a golpes, acusándolo de tener armas y drogas, pero sobre todo de tener sueños de libertad.
El hijo de Blanca, apenas sale de cuidados intensivos, recuperándose del balazo que comprometió su pulmón, mientras que Lilian saca fuerzas desde donde no tiene, para ver a su esposo y compañeros, presos por pensar diferente, ya Bonys sabe lo que es criar a sus hijos, luego de que la irracionalidad y la injusticia, le arrebatarán sus mejores años, mientras Rosa, convirtió las lágrimas por la muerte de su hija Geraldine, en la búsqueda de la verdad y la justicia.
Para doña Josefa, de 68 años, las bombas lacrimógenas, son sólo un recordatorio de todas las injusticias, para las que el llanto, es apenas un condimento que aliña su lucha desde su esquina, pancarta en una mano y Rosario en otra.
Todas están en el mismo barco, en la misma carencia, no celebran su día, conmemoran lo que fue, la madre número 13, es como todas, no sabe lo que pasará mañana, no tiene nombre pero tiene rostro de preocupación, es el ejemplo, es el amor, pero también la fuerza del cambio, para todos y para bien.