viernes, 1 de julio de 2011

Historia en el escalón 345

Cuando Josefa subía rumbo al escalón 345 del barrio lomita linda, ese viernes de junio, su preocupación no era la misma, aunque le traía cigarros a los “cuidaban” del escalón 250 para arriba - todos allí sabían que de ahí para arriba eran ellos y dios – en su mente, un castillo de ideas - como naipes – se derrumbaba, causando una desolación en su alma, que no podía soportar, de la bolsa que llevaba en sus manos, se cayó una lata de atún, marca Atum de origen portugués que le vendieron en el pdvalito de la calle de abajo, de pronto escucho un grito. Comadre, el atún, - era la señora Engracia que la llamaba - ¿Qué me le pasa coma? ¿Como sigue Adán? – Josefa la miro, bajo la mirada y dijo – Esta peor – tomo la lata que de manera cariñosa le entrego Engracia, apretando sus dos manos a la de ella y continúo la subida a su casita, modesta, pero hecha con trabajo y amor, el mismo material del que seguro quiso hacer a sus cuatro hijos. Ya más arriba la rutina era la misma, la mujer peleando con el borracho, el niño llorando, los cuidadores pidiendo su peaje y lo ultimo e ineludible llegara a casa y ver a su esposo Adán.

Adán tenía dos días que no salía de casa, ni cuando falleció Julito a causa de una bala, que no pudo dar en quienes hacían la guerra a pocos metros de donde el pasaba. El se deprimió, siguió dolido, pero siguió adelante, Josefa no olvida cuando él decía, mujer hay cosas que pasan, dándole animo, y así mismo se concentro en sus actividades, sobrellevando el asunto. No era lo único que preocupaba a Adán, Luis José su segundo hijo – Cabo primero de la GN – está asignado al reten de la planta y más tarde que temprano, tendrá que ser carne de cañón ò chivo expiatorio, Anita la tercera hija la niña de sus ojos, ya casi enfermera, apenas esta semana no la dejaron terminar la pasantía en el Hospital de los Militares, ya que junto a sus compañeras, se les tildo de personas de poca confianza, al filtrarse la información de que a el líder, se le estaba preparando un área para su convalecencia, todo esto sumado a la información que trajo Wilmer, el menor de todos, pero que con sus trece años y 1.83 Mts.de altura, ya destacaba como el mejor de su clase, y se perfilaba - Según los managers de los criollitos de Venezuela - como un prospecto a firmar para las grandes ligas. El aseguro durante el desayuno de ayer, que la beca que tiene por el beisbol, de la empresa patrocinante, está en pico de zamuro, como lo está la organización de la escuela de beisbol y por supuesto la venida de los Scout de las grandes ligas, por esto de la Ley del deporte, que va a acabar con el sueños de muchos, junto con los de él.

Josefa llega a casa y luego de pensar en cada escalón como preguntarle a Adán, que es lo que le está sucediendo, lo encuentra sentado, solo y con la mirada perdida. Una ollita de agua ya por hervir y la luz de una vela que alumbra la virgen y al corazón de Jesús, eran lo único que alumbraba la casa, haciendo ver a lo lejos como si su rostro temblara, cada vez que el viento se colaba hasta el pequeño altar. Pero aun viendo este cuadro desolador, Josefa le pregunta con voz fuerte y decidida ¿Que es lo que te está pasando Adam? ¿Tú no eres así suéltalo ya?

Adán levanta la cara y le dice, - Haciendo una pausa - mi comandante está enfermo, ahora si se fregó todo.

¿Pero porque? Pregunta Josefa, el es un hombre fuerte, tiene los mejores médicos, y los mejores tratamientos, ¿Acaso que él, es Carmela la del escalón 90, que no tiene a nadie? ¡el tiene todas las posibilidades! Adán la mira llevándose una mano a la cabeza, exclamando. ¿Es que acaso tú no sabes que el único eficiente en esta revolución en mi presidente? Que estamos cansados de decirle que le mienten, que hay corrupción, que su gente lo único que hace es echar a perder el trabajo comunal. ¿Es que acaso no has pensado en qué manos vamos a quedar si no está el líder al mando?

Josefa no soporto la indignación y le dijo, ¿Pues sabes?, para quienes no comulgamos con tu presidente, nuestros problemas son los mismos, esté o no esté, y la cosa se pone cada día peor y ¡la culpa es de ellos! Adam se levanto y grito, lo que te falta es que digas que tienes miedo de que los cubanos nos gobiernen y militaricen todo, como esos escuálidos. Pues no le respondió Josefa ¿Es que no te das cuenta de que todo está cada día peor? Y no me vengas con eso de que esto es un proceso que va a tardar años, pá cuando estemos muertos, pues no, lo que falta es que me digas que todos esos chivos grandes, rojos rojitos no están preocupados por perder su poder de hacer lo que quieran, y que nadie lo sepa. ¿Anda dímelo?¿Mírame y dímelo a la cara? Adán callo, no dijo nada.

Un silencio quebraba la noche en Loma Linda, lo que no alcanzaban a ver Josefa y Adam, es que la preocupación traspasaba las fronteras, y como el agua que estaba en la cocina, hervía hasta no más poder, porque esa chequera de dólares, que venían a buscar cada mes, estaba en veremos, ya no mas casas, plantas eléctricas, compra de armas y deuda externa, nada de fondos bilaterales y bancos. Así como en loma linda, el silencio esta como la espada de Bolívar, caminando por toda América latina y no fue necesario subir hasta el escalón 345.