domingo, 2 de junio de 2013

Lo mejor está por venir



¿Qué porque me rio de la vida? Porque llorar por ella no tiene sentido.
Siempre cuando doy mis charlas sobre actitud positiva y buen humor, no dejo de decirle a la gente, que todos nosotros tenemos justo detrás del cuello, un breaker, un apagador, el cual en la medida que caminamos en posición derrotera, cabeza abajo, tendera automáticamente a bajarse, desconectarse, o a perder energía, y que cuando el desánimo nos lleva a solo mirarle la cintura a la vida, el swicht del alma se baja, y todo aquello que está abajo también, y es que levantar la mirada, aparte de no hacernos parecer como unos “Buzos” nos da la increíble ventaja de ver el mundo de otra forma, tener una posición erguida - Sin contradecir tantos siglos de evolución - nos permite poder respirar mejor, darle tonicidad a los músculos y evitar lesiones en nuestra columna, una persona que camina erguida, contagia positivamente a todo su organismo y si a esto se le agrega una sonrisa, la buena vibra o buena onda, impregnara a todos los que estén a nuestro alrededor, sin contar con el extra, de que no parezcamos presa fácil para el hampa o para quien quiera manipularnos, ya que no hay algo que motive más a un depredador, que una presa débil, herida o desanimada.
El buen humor es una decisión, la cual debe tomarse diariamente con las primeras luces del alba  -Aunque ALBA suene a despilfarro - porque como dice la sabiduría popular, la vida se ve según con el cristal con que se mire, y todos tenemos a la mano ese cristal maravilloso, positivo y lleno de buen humor.
Quienes nos llenamos de buen humor, y nos reímos de lo increíblemente absurdo de un país, de sus situaciones y gobernantes, no somos el problema a vencer, cuantas veces no he leído y escuchado eso de que: Por esa mamadera de gallo es que estamos como estamos. Pues no amigos, estamos mal por la corrupción, la violencia, la deshumanización del prójimo, por convertir al adversario en enemigo, por desangrar la patria y servirla como almuerzo a países extranjeros, que se dan festín en nombre  de una revolución absurda que nos lleva en el tiempo, a la época primitiva de los cazadores  y recolectores - De productos básicos y de esperanzas -  dejándonos como postre, escases, universidades sin presupuesto, salud mediática y sensación de inseguridad.
Nosotros, quienes hacemos reír, somos parte se la solución, liberamos la presión del estrés en una carcajada, mejoramos el sistema inmunológico a punta de sonrisas y desnudamos las incoherencias con juegos de palabras, que hacen reflexionar, crecer como ciudadanos y como seres humanos, olvidando la pena y el miedo, incluso hasta el sarcasmo se escapa como aliviadero, ya me lo decía un Psicólogo quien fue mi profesor llamado Crispín: Tienes que poner cuidado con ese sarcasmo, denota una agresividad reprimida, a lo cual le respondí: Si es cierto, ¿Pero es mejor que andar golpeando gente o destruyendo cosas no?
Es por esto, que creo que viene el momento, viene el cambio, el triunfo de la civilidad, el progreso, la paz, el humor y la felicidad, pero sobre todo dentro de nosotros mismos.
Es la hora de dejar de clonar las tristezas, y reproducir nuestras alegrías, porque lo mejor, está por venir.