El que nace para
X del cielo le caen Y, existen cientos de refranes destinistas en diferentes
países y culturas, que marcan a los pueblos y dan las excusas necesarias para
una gama de hechos y deseos, en los cuales se justifica lo que sucedió o no
como algo externo, así como también, siembra la semilla del creerse único para
una cruzada, o sufrir el síndrome del elegido, al punto en algunos casos, de forzar
los hechos al límite de profecías auto cumplidas. El destino como lo define la
real academia, es una fuerza desconocida que se cree obra sobre los hombres y
los sucesos, cuestión que escapa al control y a la planificación. Para los musulmanes la creencia en el destino,
es uno de los pilares de la fe, sin embargo, en otras religiones, el libre
albedrio es una invitación a forjar nuestro destino, a pesar de que muchos ven
su destino como una obra de Dios, tentándolos a no hacer y dejarse llevar por
la nada, el tiempo y la mano invisible que les proveerá de todo.
El fatalismo
como creencia explica que los acontecimientos de la vida están determinados por
razones ajena a la voluntad y es este determinismo el que da el mismo peso a
hacer o no algo, porque al final todo será lo que está escrito, lo que el
destino nos tenga deparado y por supuesto esto hace muy fácil la salida cuando
se acostumbra a buscar un culpable, o eximirse de culpa, nada mejor que arrojarle
el peso de lo acontecido al destino, es decir, eso igual iba a pasar, su
destino era esto, aquello, no tuvo suerte, le tocaba.
Pero la dualidad
para decidir a quién se le suman los puntos de lo que sucede tiene un
ingrediente moral ineludible, si algo sale bien suele decirse que es a causa
del trabajo, las buenas ideas y la eficiencia, y si por el contrario sale mal,
se le achaca a otro y en último caso, ese era el destino, algo de lo que no se
puede escapar pero que sirve para el mismo fin.
Para Rafael
Salazar Gollo, policía adscrito a la gobernación de Portuguesa, el martes 17 de
este mes fue su ultimo día, dos delincuentes para robarle su moto le dispararon
en Guanarito dejándolo herido, su traslado al hospital Miguel Oraá de Guanare
no fue como en las películas, rápido y adecuado, sin embargo este luchaba por
su vida y llego al nosocomio con signos vitales, allí en el quirófano galenos
daban todo por él cuando se fue la luz, la planta eléctrica no funciono como debía
y luego de unos minutos, esta llego pero de manera parcial, obligando a los médicos
a sacarlo al pasillo, donde una iluminación tenue los podría ayudar a seguir
con la lucha, Rafael resistía, pero a falta de condiciones y la gravedad de sus
heridas, hizo paro cardiaco, una vez más sus doctores buscaron el desfibrilador
portátil para resucitarlo y se encontraron con que el mismo tenía un tirro en
la parte de afuera con una letras donde se leía, batería mala, debe usarse
conectado, con desesperación buscaban un tomacorriente, pero era tarde el
paciente falleció. Dos comentarios del día siguiente a destacar, el gobernador
del estado – De estos en que mayoritariamente solo les importa la patria – atino
a decir que fue un saboteo eléctrico, el otro comentario fue de una señora
humilde usuaria del hospital, a ese policía le tocaba.
Y es que si
usted viene por una calle y un ave defeca en su cabeza, usted puede decir eso
es suerte o me tocaba, pero si se coloca debajo de un palomar, la interpretación
varía aunque el resultado sea el mismo.
En el caso de
Lidisay Galeno Aular médico con especialización en cirugía plástica y
coordinadora de postgrado del hospital Domingo Lucìani, el 3 de septiembre de
este año no sabía que le iba a tocar, cuando opero a la magistrada del TSJ
Ninoska Queipo de una liposucción, a pesar de haber operado a esta paciente en
equipo con la hermana de la magistrado
en otras oportunidades, no se imaginaria que el 5 de octubre, según el
ministerio publico, recibiría una denuncia de los familiares que esta poco
clara, ya que se desconoce aun la información exacta de la causa del
fallecimiento el 11 de octubre de la magistrada, lo que ocasiono clausura
asegurativa del centro médico y la privativa
de libertad para la Dra. Galeno, la cual estuvo 7 días detenida en el
SEBIN, lo cual sugiere que allí tienen policías e investigadores expertos en
temas médicos o que es un caso político.
Al final al policía de Guanare le tocaba que la
inseguridad no sea prioridad, que los servicios de salud sean algo secundario y
no importe si funcionan bien o no, que las fallas eléctricas sea algo normal en
la patria nueva, que las plantas eléctricas de uso obligatorio en las clínicas,
no lo sean en los hospitales y le tocaba según la versión del Gobernador que
sabotearan el sistema eléctrico justo en el momento en que más lo necesitaba.
Al final a la
Dra. Galeno le tocaba, porque a la magistrado no, no es posible que le tocara
en un procedimiento estético, en una buena clínica, con una especialista de
primera, con la supervisión de sus familiares médicos, no a ella no le tocaba,
la culpable es la doctora, a los simples mortales les puede tocar, a otros más
elevados en el poder es imposible, siempre el culpable es otro.
Mientras yo quería
escribir este artículo en la tranquilidad de un parque, pero decidí hacerlo en
la noche, en la “Seguridad” de mi casa, no vaya ser que me toque y me roben la
laptop.