Siempre he admirado la imagen de la madre que juega con su hijo, la que lo amamanta, lo arrulla hasta dormirlo. He disfrutado con la cara de emoción con la que expresan orgullo, cuando sus hijos obtienen los logros, la sonrisa brillante que viene después de escuchar por primera vez mama, nunca he podido de dejar dar paso a la que puede cargar a su hijo dormido, aun teniendo a sus hombros muchas más cosas que bolsas y paquetes, por su puesto la madre hecha una postal en una foto de grado, o ayudando a tumbar una piñata en un cumple año feliz.
Hoy quisiera fundirme en un abrazo, con aquellas madres que no salen en los comerciales, que a pesar de haber sido golpeadas por la vida, pintan nuestro país y el mundo con escenas que parten el corazón e inspiran a una lucha por un mundo mejor, me refiero a la viejita que camina con dificultad por el pasar de los años, a quien se les fueron los hijos primero que ella, a la que tiene a su hijo o hija tras las rejas, con o sin razón, y sufre a cada pensar, por no tenerlos junto a ella, a la niña de 14 años que ya es madre y empieza a comprender lo difícil que será criar a su hijo de la mejor manera, a quien tiene ya muchas noches de desvelo en algún hospital de nuestras urbes, rezando por que su criatura se mejore, por la madre que dios no le dio la oportunidad de quedar en estado y sin embargo, tomo la decisión de adoptar y querer a un ser humano por toda la vida, incluso si este es un ser especial.
Hoy quisiera ser el beso en la frente, que les dijera te quiero y te querré por siempre, porque eres única e inigualable. Quisiera ser el rumor que al oído te cantara, todo va a salir bien.
Hoy todas las madres, las que incluso nadie recuerda, son mi madre, las madres de todos. Brindo por el futuro y la felicidad de todas.
Y a ti, mama feliz día.