El no ser un enfermo de espíritu, tiene sus ventajas, una de ellas es no estar pensando como destruir, eliminar, humillar y engañar a tu prójimo, conciudadano ó hermano. Pero la salud del espíritu no vale de mucho si la salud física no es óptima, saber que las posibilidades de obtener salud se van reduciendo a un ritmo acelerado, ya sea por el aumento de los costos y la reducción del poder adquisitivo ó porque simplemente la destrucción del sistema de salud a consecuencia de las políticas erradas, - ideológicamente equivocadas - y la vorágine de corrupción sistémica que caracteriza a los regímenes, que ponen por encima de la gente y la realidad su intención de permanecer en el poder a toda costa, aun si debe ocultar y vanagloriarse – contradicción muy propia de ellos - de su propia ineptitud, e incluso no cambiar el rumbo hacia una debacle que todos ven y aun así, insistir en ese intento suicida al que se lleva al país, llamado radicalización de la revolución, con el que se da patente de corso a los más radicales y a la llamada boliburguesia, para tomar lo que funciona y produce el país, para asi satisfacer el hambre de recursos que tiene el poder y sus secuaces, ó simplemente para colgar una bandera y pretender que la revolución llego.
Tocar la salud de todos los venezolanos con las manos llenas de resentimiento y con ideas marchitas, trae como resultado la triste realidad que se vive en cada hospital del país, donde poco a poco el capital humano altamente capacitado, ha abandonado el deprimente ambiente de trabajo, ó el que está en formación no ve un futuro para él y su familia, por lo que busca alternativas como medico de empresas - Cada día menos – consultas particulares, clínicas privadas y por supuesto, una idea mortal para cualquier país que valore a sus ciudadanos, la idea más triste e ineludible, irse del país, cuestión que ya ha está sucediendo por múltiples factores no precisamente achacados al imperio, y que solo significa algo, que nuestra salud está en fuga.
Afortunadamente y por ahora, todavía existe un refugio donde pueden sobrevivir y prosperar los médicos más especializados y con experiencia, donde se puede encontrar desde un experto en fertilidad, un inmunólogo, un cirujano pediatra con técnicas únicas en el país, traumatólogos especialistas en rodillas, capaces de mantener jugando a grandes ligas, ó el internista que ha sabido escuchar, hasta saberse la historia de una abuelita que solo deposita la fe en el, me refiero a la medicina privada.
El sector privado de la salud atiende entre un 30% y un 35% siendo conservadores, pero si nos vamos a patologías complicadas, de alto riesgo y cirugías se podría decir que este número aumenta al doble, lo que hace más valioso y estratégico preservar este sector para el común de los venezolanos, cosa que como saben no ha hecho el socialismo con el sector publico de la salud.
Hoy la nueva arremetida contra los venezolanos se manifiesta en el sector privado de la salud, donde gendarmes disfrazados de funcionarios del indepanose que cosa, están en las clínicas, buscando excusas para expropiarlas, pensando que colocando un sello en forma de corazón que diga hecho en socialismo, va a impedir que quien puede lidiar con una coronaria obstruida, quien puede arriesgarse a realizar una biopsia en un tumor de pulmón, quien puede suturar una femoral desgarrada ó hacer un trasplante de riñón, se va a quedar a que unos burócratas atados a un pensamiento único, le digan cuánto valen sus conocimientos, como debe usarlos y de paso ponerse firme, craso error que pagaremos con la vida y la salud de muchos, la fuga ya comenzó y la esperanza de detenerla está en nuestras manos