miércoles, 31 de octubre de 2012

Halloween, Jalogüein o jallobieen

Cualquiera se puede confundir, los tres son motivo de celebración y para todas hay que disfrazarse y no hay mejor disfraz que el que te hace pasar por otro, el que se transparenta junto a las ideas, camuflando las intenciones arteras, de hecho hay personas a las que llaman camaleónicas, porque se mimetizan con el medio y con las circunstancias.
Ya pasaron las épocas en que las brujas se reunían a la luz de la luna en aquelarre para celebrar a manera de convención sus últimos logros, la tecnología, el desarrollo y la persecución han hecho que estas modernicen sus métodos y la selección de su personal.
Cualquier reunión es una buena excusa para celebrar el Halloween, una despedida de soltera, una reunión de junta de condominio, asamblea de junta comunal, el cumpleaños de una amiga y pare de contar, las brujas ya no están confinadas a los cuentos de Disney o a las páginas de Harry Potter, las brujas están en las redes y son mas endógenas de lo que parece, se disfrazan de mujer celosa, de ama de casa, diputada y hasta de ministra, sus conjuros van desde: ojalá se te espiche un caucho, hasta la promoción de alguna resolución que quiera cambiar el orden natural de las cosas, los responsables de la educación de sus hijos, son de sus padres.
La hechiceras ya no necesitan escobas para migrar de un lado a otro a quienes quieran de una manera excepcional, son capaces de utilizar los medios para hipnotizar a los mas desprevenidos, con palabras aquiescentes, todo está bien, las capta huellas van, todo es normal, ese cambio no impacta, el único problema ante tanta pócima que se prepara, no es el problema que aqueja al común, es el imperio y todo lo que huela a él, es que el nombre de Halloween es muy foráneo para el gusto socialista, por lo que el ministro del poder popular para el Turismo prohibió se celebrase con este nombre en los hoteles expropiados las fiestas ya planificadas para la fecha, mas no las fiestas, las cuales serian algo así como un Jalogüin.
El jalogüin es algo mas criollo, es la mamadera de gallo, es diosa canales con disfraz de cuero o andar de noche con un par de brujas en minifalda creyéndose Merlín, es ser Cabeza de un estado y poner la Cabeza a la orden o mandar a la porra a Porras, es un político vestido de militar que se quita el uniforme y aspira a ser gobernador de Trujillo, es el Jalogüin de la telaraña en los puentes de nuestras vías, de la llorona mojada hasta los tobillos por la inundaciones, del traje de negro que viste todos días a las familias tocadas por la inseguridad, es una fiesta donde el país se disfraza de feliz y acepta a un gocho como Aragüeño y a Aristóbulo como oriundo de Anzoátegui, es el malo con traje de bueno y el bueno vistiendo de malo para que no lo atropellen, es una sociedad que parece una cosa y es otra, la de la varita mágica que aparece una nevera, una cocina, el Jalogüin es el 4F, es todos los días, porque sin luz la luna se ve mejor, claro está, que el disfraz es parte del sobrevivir, es escribir que se está con el proceso por Twitter pero no entregarse a la justicia del mismo o simplemente caer presa como Rosita, cuando se compra un tinte como parte del atuendo.
O llegar a la fiesta más extrema el Jallobieen, mostrando que en Nueva York también existen apagones y que estamos a nivel del imperio, eso sí, sin el disfraz de iguana, la tormenta Sandy y con un ex ministro de información como el señor Izarra

martes, 23 de octubre de 2012

Le tocaba


El que nace para X del cielo le caen Y, existen cientos de refranes destinistas en diferentes países y culturas, que marcan a los pueblos y dan las excusas necesarias para una gama de hechos y deseos, en los cuales se justifica lo que sucedió o no como algo externo, así como también, siembra la semilla del creerse único para una cruzada, o sufrir el síndrome del elegido, al punto en algunos casos, de forzar los hechos al límite de profecías auto cumplidas. El destino como lo define la real academia, es una fuerza desconocida que se cree obra sobre los hombres y los sucesos, cuestión que escapa al control y a la planificación.  Para los musulmanes la creencia en el destino, es uno de los pilares de la fe, sin embargo, en otras religiones, el libre albedrio es una invitación a forjar nuestro destino, a pesar de que muchos ven su destino como una obra de Dios, tentándolos a no hacer y dejarse llevar por la nada, el tiempo y la mano invisible que les proveerá de todo.
El fatalismo como creencia explica que los acontecimientos de la vida están determinados por razones ajena a la voluntad y es este determinismo el que da el mismo peso a hacer o no algo, porque al final todo será lo que está escrito, lo que el destino nos tenga deparado y por supuesto esto hace muy fácil la salida cuando se acostumbra a buscar un culpable, o eximirse de culpa, nada mejor que arrojarle el peso de lo acontecido al destino, es decir, eso igual iba a pasar, su destino era esto, aquello, no tuvo suerte, le tocaba.
Pero la dualidad para decidir a quién se le suman los puntos de lo que sucede tiene un ingrediente moral ineludible, si algo sale bien suele decirse que es a causa del trabajo, las buenas ideas y la eficiencia, y si por el contrario sale mal, se le achaca a otro y en último caso, ese era el destino, algo de lo que no se puede escapar pero que sirve para el mismo fin.
Para Rafael Salazar Gollo, policía adscrito a la gobernación de Portuguesa, el martes 17 de este mes fue su ultimo día, dos delincuentes para robarle su moto le dispararon en Guanarito dejándolo herido, su traslado al hospital Miguel Oraá de Guanare no fue como en las películas, rápido y adecuado, sin embargo este luchaba por su vida y llego al nosocomio con signos vitales, allí en el quirófano galenos daban todo por él cuando se fue la luz, la planta eléctrica no funciono como debía y luego de unos minutos, esta llego pero de manera parcial, obligando a los médicos a sacarlo al pasillo, donde una iluminación tenue los podría ayudar a seguir con la lucha, Rafael resistía, pero a falta de condiciones y la gravedad de sus heridas, hizo paro cardiaco, una vez más sus doctores buscaron el desfibrilador portátil para resucitarlo y se encontraron con que el mismo tenía un tirro en la parte de afuera con una letras donde se leía, batería mala, debe usarse conectado, con desesperación buscaban un tomacorriente, pero era tarde el paciente falleció. Dos comentarios del día siguiente a destacar, el gobernador del estado – De estos en que mayoritariamente solo les importa la patria – atino a decir que fue un saboteo eléctrico, el otro comentario fue de una señora humilde usuaria del hospital, a ese policía le tocaba.
Y es que si usted viene por una calle y un ave defeca en su cabeza, usted puede decir eso es suerte o me tocaba, pero si se coloca debajo de un palomar, la interpretación varía aunque el resultado sea el mismo.
En el caso de Lidisay Galeno Aular médico con especialización en cirugía plástica y coordinadora de postgrado del hospital Domingo Lucìani, el 3 de septiembre de este año no sabía que le iba a tocar, cuando opero a la magistrada del TSJ Ninoska Queipo de una liposucción, a pesar de haber operado a esta paciente en equipo con la  hermana de la magistrado en otras oportunidades, no se imaginaria que el 5 de octubre, según el ministerio publico, recibiría una denuncia de los familiares que esta poco clara, ya que se desconoce aun la información exacta de la causa del fallecimiento el 11 de octubre de la magistrada, lo que ocasiono clausura asegurativa del centro médico y la privativa  de libertad para la Dra. Galeno, la cual estuvo 7 días detenida en el SEBIN, lo cual sugiere que allí tienen policías e investigadores expertos en temas médicos o que es un caso político.
Al final  al policía de Guanare le tocaba que la inseguridad no sea prioridad, que los servicios de salud sean algo secundario y no importe si funcionan bien o no, que las fallas eléctricas sea algo normal en la patria nueva, que las plantas eléctricas de uso obligatorio en las clínicas, no lo sean en los hospitales y le tocaba según la versión del Gobernador que sabotearan el sistema eléctrico justo en el momento en que más lo necesitaba.
Al final a la Dra. Galeno le tocaba, porque a la magistrado no, no es posible que le tocara en un procedimiento estético, en una buena clínica, con una especialista de primera, con la supervisión de sus familiares médicos, no a ella no le tocaba, la culpable es la doctora, a los simples mortales les puede tocar, a otros más elevados en el poder es imposible, siempre el culpable es otro.
Mientras yo quería escribir este artículo en la tranquilidad de un parque, pero decidí hacerlo en la noche, en la “Seguridad” de mi casa, no vaya ser que me toque y me roben la laptop.