lunes, 24 de junio de 2013

Ya no estoy loco


Las luces venían hacia mí, se turnaban sobre mis parpados semiabiertos, sobre un cielo blanco estático, quería moverme, aunque esto era una redundancia, porque esa intermitencia lumínica me decía dentro de mi propia perdida de equilibrio, que no estaba inmóvil, quizás ese pinchazo que sentí a mansalva en el cuello, tuvo algo que ver con esto, lo único que se, es que se me cierra el día o la noche, en estos pesados parpados que se niegan a mantenerme despierto.
Una voz como la que le decía a Juan Luis guerra, tranquilo Bobby, tranquilo, en su canción el Niágara en bicicleta, me decía , despierte, despierte es hora de levantarse. En menos de lo que imagine, estaba en una fila para tomar el desayuno, la gente a mi alrededor era muy amable, aunque esto no era suficiente para darme cuenta de que algo andaba mal, claro desde siempre fui muy observador y esto me sirvió para detectar una horrible situación, el que estaba delante de mí, el de atrás, las señoras que comían en la mesa amarilla, la joven con sonrisa perdida y hasta el que tenía las llaves, todos estaban locos.
Lo primero que me pulso el instinto, fue miedo, ganas de escapar, de gritar: ¡Aquí ha habido una equivocación! ¡Yo no debería estar aquí! ¡Alguien por favor que llame al encargado! ¡Necesito hablar con él! Pero tantos años en compañía de mi abuela y de Delia Fiallo, me enseñaron que no hay nada peor para un cuerdo como yo, que decir que no se está loco, y menos si te superan en número, recursos, y tienen la llave.
Debo confesar que todo en mi vida estaba muy bien, deje de comer arepas cuando por VTV me entere de que los acaparadores manejaban el producto, compre una sartén de cerámica y deje de usar aceite y margarina, al no mas saber que había una conspiración para no producir, jamás me preocupe por el dólar, como saben yo gano en bolívares , comprendí que la inseguridad, en gran parte era mi culpa, ya que mientras uno más posee, mas motivos da para que lo asalten, vendí mi carrito para así tener la inicial de un Venirauto, y aunque llevo más de dos años en la lista de espera, se que pronto va a llegar, acaban de abrir una página web que esta buenísima y hasta te envían un correo con un saludo bolivariano, los saboteos del sistema eléctrico hacen que las estrellas se vean de un nítido insuperable, otra razón más para dar gracias a la revolución, y cuando se me ocurrió comprar un metro y medio de manguera para solventar el mínimo y pasajero desabastecimiento de papel tualet, algo comenzó a romper mi lógica revolucionaria, escuche que el comandante supremo murió pobre, ¿Como puede ser esto? ¿Qué paso con sus trajes Armani y sus relojes suntuosos? ¿Su familia quedo tan empobrecida, al extremo de permitir que el, partiera paupérrimamente? ¿Quién maneja el Bentley? ¿Y quién se pondrá el abrigo y los nueve pantalones? A todas estas todavía en shock, escuche que a un alto funcionario en la Guaira lo apresaron con cuatro millones en efectivo y que el jefe del INDEPABIS de Sucre estaba en huyendo, con la camioneta del organismo y nadie lo ha visto, todo mientras Nicolás le dice a la exjefe del INDEPABIS que ella es culpable, porque robaban en sus narices ¿Acaso es la única que tiene nariz?
Todo se arremolinaba en mi mente, desbalanceando mi centro socialista, pero quien me quebró fue Elías, si el mismo Jagua, cuando me puso a elegir entre papel tualet y patria ¿Qué tiene que ver el trasero con las pestañas? ¿Tendrá él, la fórmula para limpiarse con la patria? En ese momento decidí limpiarme sin remordimiento, salí del baño fui al consejo comunal y les grite, ¡Nos están engañando! ¡Regalaron lo reales! ¡Los universitarios tienen razón! ¡Viva la libertad! En eso me agarraron y sentí algo en el cuello, trate de resistir, hasta que me desmaye.
Hoy ya estoy recuperado, camino por las calles con los ojos bien abiertos a la realidad, los miro en las colas para comprar, en las emergencias de los hospitales, con sus franelas rojas en un refugio, en los alrededores de las morgues y sé que muchos de ellos no lo saben, algunos si y lo disimulan muy bien, de lo único que estoy seguro cuando los veo, es que lo que soy yo, ya no estoy loco.

domingo, 2 de junio de 2013

Lo mejor está por venir



¿Qué porque me rio de la vida? Porque llorar por ella no tiene sentido.
Siempre cuando doy mis charlas sobre actitud positiva y buen humor, no dejo de decirle a la gente, que todos nosotros tenemos justo detrás del cuello, un breaker, un apagador, el cual en la medida que caminamos en posición derrotera, cabeza abajo, tendera automáticamente a bajarse, desconectarse, o a perder energía, y que cuando el desánimo nos lleva a solo mirarle la cintura a la vida, el swicht del alma se baja, y todo aquello que está abajo también, y es que levantar la mirada, aparte de no hacernos parecer como unos “Buzos” nos da la increíble ventaja de ver el mundo de otra forma, tener una posición erguida - Sin contradecir tantos siglos de evolución - nos permite poder respirar mejor, darle tonicidad a los músculos y evitar lesiones en nuestra columna, una persona que camina erguida, contagia positivamente a todo su organismo y si a esto se le agrega una sonrisa, la buena vibra o buena onda, impregnara a todos los que estén a nuestro alrededor, sin contar con el extra, de que no parezcamos presa fácil para el hampa o para quien quiera manipularnos, ya que no hay algo que motive más a un depredador, que una presa débil, herida o desanimada.
El buen humor es una decisión, la cual debe tomarse diariamente con las primeras luces del alba  -Aunque ALBA suene a despilfarro - porque como dice la sabiduría popular, la vida se ve según con el cristal con que se mire, y todos tenemos a la mano ese cristal maravilloso, positivo y lleno de buen humor.
Quienes nos llenamos de buen humor, y nos reímos de lo increíblemente absurdo de un país, de sus situaciones y gobernantes, no somos el problema a vencer, cuantas veces no he leído y escuchado eso de que: Por esa mamadera de gallo es que estamos como estamos. Pues no amigos, estamos mal por la corrupción, la violencia, la deshumanización del prójimo, por convertir al adversario en enemigo, por desangrar la patria y servirla como almuerzo a países extranjeros, que se dan festín en nombre  de una revolución absurda que nos lleva en el tiempo, a la época primitiva de los cazadores  y recolectores - De productos básicos y de esperanzas -  dejándonos como postre, escases, universidades sin presupuesto, salud mediática y sensación de inseguridad.
Nosotros, quienes hacemos reír, somos parte se la solución, liberamos la presión del estrés en una carcajada, mejoramos el sistema inmunológico a punta de sonrisas y desnudamos las incoherencias con juegos de palabras, que hacen reflexionar, crecer como ciudadanos y como seres humanos, olvidando la pena y el miedo, incluso hasta el sarcasmo se escapa como aliviadero, ya me lo decía un Psicólogo quien fue mi profesor llamado Crispín: Tienes que poner cuidado con ese sarcasmo, denota una agresividad reprimida, a lo cual le respondí: Si es cierto, ¿Pero es mejor que andar golpeando gente o destruyendo cosas no?
Es por esto, que creo que viene el momento, viene el cambio, el triunfo de la civilidad, el progreso, la paz, el humor y la felicidad, pero sobre todo dentro de nosotros mismos.
Es la hora de dejar de clonar las tristezas, y reproducir nuestras alegrías, porque lo mejor, está por venir.