Venezuela necesita vacaciones
La rutina desgasta, el hacer
las mismas cosas una y otra vez, puede llegar a automatizar de tal
manera, que sin querer encontramos personas perdidas en una vida que no
viven, al punto de no entender que hacen, donde están y como llegaron
allí.
Oír como se habla de independencia que solo se come con la
importación de alimentos que podríamos producir, ver la humanización del
sistema penitenciario pintada de cifras rojas y tocar el dinero de la
gente cuando pasa a estado liquido gracias a la inflación, es una
realidad repetitiva que inmuniza la dignidad, llevando a un bloqueo
selectivo que obliga a ver hacia otro lado, para no descomponer una
psiquis ya entrenada para dejar pasar las cosas y que evita a toda costa
sumirse en la depresión, aferrarse a la esperanza y sobrevivir a la
tormenta de injusticias, que moja los pasos de quienes quieren seguir a
buen paso a un futuro mejor.
En un país donde lo inesperado es la mas
seguro, donde la ruta mas cercana entre los puntos A y B no es la linea
recta, cansa tener que planificar la ruta del día dependiendo de la
hora, la inseguridad de la zona y el conjunto de huecos, cráteres,
zanjas y reductores de velocidad improvisados. Es como si una voz como
la de un GPS retumbara en tu cabeza a cada rato, recalculando,
recalculando, recalculando, y es que es así, calculamos quien es
sospechoso, cuan indefensos estamos ante una invasión urbana, sabemos
que una propiedad es privada hasta que choque con un impulso, con una
promesa marca ACME, la gente esta cansada de las mismas promesas
recicladas durante catorce años, del evadir la responsabilidad culpando a
todos menos a quien ve en el espejo, la patria se desangra a cambio de
aplausos y solidaridades compradas, de negocios sin equidad, el país
esta hastiado de lo banal, de la espada,los huesos y el rostro de
Bolivar, de lo digna que es Cuba, aun revendiendo el petróleo que se le
da, de la compra de tanques, que no pueden pasar por los puentes de
nuestras carreteras y que no resuelven el problema de la inseguridad en
nuestras ciudades, de lo superficial que es la millonada de dólares que
da PDVSA a la formula 1, para ver otro choque de Maldonado en los
próceres, y decir que fue un desperfecto en la carrocería.
Venezuela
esta cansada, del miedo, del jalabolismo, la corrupción, el egocentrismo
político, del afiche maquillado, de la maqueta, la burla y el
irrespeto, Venezuela se canso de la cháchara, de la amenaza, del
ocultamiento, de la manipulación, estoy enfermo pero estoy mejor que
nunca, estoy bien pero no me abandonen, estoy enfermo.
Venezuela
necesita unas vacaciones, un descanso de tanto atraso, tanta mentira,
tanta paranoia, unas vacaciones del vil egoísmo que el yugo lanzo, un
receso que nos de el impulso que necesitamos para seguir por el camino
de la prosperidad, el reencuentro y la paz.
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