miércoles, 10 de febrero de 2010

Carnaval y que hay tras las rejas

En la naturaleza el usar camuflaje siempre ha sido muy útil para muchas especies a la hora de defenderse, algunas especies utilizan artimañas complejas para capturar a sus presas y como en el caso del pulpo (Octupus Vulgaris), puede cambiar de color, ocultarse, usar sus tentáculos como carnada y por si fuera poco en caso de estar en peligro huir tras una nube de tinta que lanza a voluntad.
En el caso de las universidades los ejemplos no son diferentes a los que hemos mencionado, quienes han hecho vida en sus aulas, sabrán de estudiantes que se hacen pasar por infiltrados cubriendo sus rostros con alguna capucha, para así poder realizar actos vandálicos dentro del mismo recinto contra algún proveedor desprevenido de refrescos (asociado al infame imperio) o , contra algún otro transportista que a pesar de sus ruegos para que no destruyan la fuente de ingresos de su familia, toman como objetivo para lograr el bien común.
También se da el caso del infiltrado que entra a la universidad y se disfraza de estudiante para coincidir con el mismo disfraz de encapuchado, logrando incitar a la violencia, destruir propiedad de la universidad e incluso actuar impunemente como cualquier delincuente, en contra de particulares y sus bienes.
El proceso de participación estudiantil ha llevado a que se identifique a los estudiantes disfrazados de infiltrados y por mecanismos internos dentro del movimiento estudiantil, en conjunto con las autoridades, se les señale y se les execre políticamente y moralmente por sus compañeros. Pero esto no acaba allí, estos seres identifican a sus pares ideológicos (infiltrados disfrazados de estudiantes con las mismas capuchas), creando una simbiosis que cubre de impunidad las acciones conjuntas.
Es por esto que cuando vemos manifestar estudiantes sin capuchas, son reprimidos con fuerza desproporcionada ya que estos son portadores de ideas de cambio, y cuando seda la protesta con capucha, la misma se convierte en un vals sin represión ni gas del bueno, donde al final como resultado se expone la excusa de que el estudiantado es violento.
Las rejas como respuesta a la seguridad interna de la UCV, tiende no solo a proporcionar seguridad en altas horas de la noche, también a dar un paso en el control de esa gama de disfraces que pululan nuestras universidades, como bien lo saben los de la comparsa encapuchada (véalos sin capucha oponiéndose a las rejas). Pronto comienzan las fiestas carnestolendas y con las rejas, se da un paso para que el carnaval no dure para siempre