domingo, 11 de abril de 2010

¿Morir de tuberculosis, y ser asesinado reiteradamente?

El 24 de marzo fue declarado por la O.M.S. día mundial de la tuberculosis, la enfermedad radicable que mata a más personas en el mundo, solo en 2009 la TB cobro 1,8 millones de vidas, a pesar de existir medicamentos que curan esta enfermedad, salvando vidas, para 1882 Robert Koch descubre el Mycobacterium tuberculosis o bacilo de Koch y de allí se sientan las bases para el estudio de esta enfermedad, que con el uso de antibióticos descubiertos en el siglo XX, hoy día puede ser curada. Antes de millones de personas en todo el mundo, simplemente caían victimas de manera irremediable ante esta enfermedad, que toco la vida de comunes y famosos, como el caso de Simón Bolívar nuestro libertador.
Nadie puede negar que el legado de libertad de Bolívar trascendiera su muerte, por lo que pudiese decirse que sus ideas están vivas, o que simplemente está vivo, claro basándonos en esto, el que está vivo corre el riesgo de morir, por eso de la inseguridad, pero si ya se está muerto físicamente, ¿qué puede empeorar?. Pues mucho, porque se puede ser asesinado moralmente, y como ya está muerto pero aun seguirá viviendo. Esto le puede suceder muchas veces y de distintas formas. No basta con colocarle el nombre a un plan 2000 que es fue emblema de corrupción no investigada, o darle el nombre a una republica, que se desvía de la democracia hacia el comunismo, o proferir que grupos terroristas, secuestradores y protectores del narcotráfico, comparten los ideales bolivarianos, aparte de eso entregarle su espada , a cualquier mandatario que pase por aquí a vendernos lo que no necesitamos, o simplemente a cobrar la vacuna internacional, que pagamos con petróleo o préstamos blandos, evitando que miren hacia acá con objetividad. También hay exhumar los restos, para complacer la idea de la traición y del asesinato, con lo cual sueñan algunos que quieren pasar a la historia, incluso invirtiendo recursos que son necesarios en otros ámbitos.
No sería más fácil como de costumbre, que la Asamblea decretara, que sí, que fue asesinado por el imperio, ser feliz y dejar al prócer de una vez y por todas descansar en paz, o simplemente comerse uno de esos tostocitos que venden los ambulantes en la autopista, los cuales como ya ha sucedido, los empaca mas rápidamente con un soplido un tuberculoso, para poder retirarse a vivir en un rancho con un hamaca, a las orillas de un rio en el llano y morir como murió Bolívar, sin muchedumbres , pero con dignidad.