viernes, 22 de junio de 2012

C.S.I. Venezuela

No hay crimen perfecto, solo hay malas investigaciones.
Uno de los misterios más elusivos en la mente de la mayoría de los venezolanos, es como un malhechor, comete una fechoría a la vista de todos, deja huellas, ADN, incluso es filmado, fotografiado, reconocido,  y escapa sin prisa alguna, a pesar de que se sabe con certeza donde vive, en que zona trabaja, cuáles son sus cómplices, el nombre de la banda a la que pertenece y sin embargo deambula libre por las calles, sintiéndose como Leonardo Di Caprio en titanic  - El rey del mundo -
Si usted tiene un vehículo del siglo pasado, lo más probable es que no esté asegurado, entonces es un blanco para los “Secuestradores de carros” los cuales se lo llevaran, “Enfriarandolo” en un estacionamiento de la ciudad, para luego pedir un rescate, y es que si a usted no lo ubican por algún dato encontrado en el, existe la opción de buscar a un malandro con contactos en la cárcel más cercana a su residencia, donde llamara dando las señas del “Paquete” iniciando una búsqueda en google crime maps, allí  aparecerán las bandas activas por zona - Alrededor de una por cada 30.000 Hab. Comenzando un proceso de negociación, donde todos cobran, el sonido y los misceláneos para el que guarda el carro, 2.000 para cada uno de los que intervienen en el “Trabajo” para un mínimo de 10.000, en base a un carro de 40.000, eso si el negociador debe ser respetado en el medio, ya que de no ser así, usted perderá el dinero. Este sistema funciona en todos los ámbitos del delito y cada tipo de banda tiene su red organizada y articulada desde el poder de la cárcel o de lo más alto de la cadena alimenticia del crimen organizado.
Todos saben que hasta la goma de mascar es un reservorio de saliva y ADN, que existen huellas latentes, cámaras de tráfico, pruebas de balística, estudios de antecedentes, ciencia forense, técnicas de interrogatorio, y que esto funciona si hay voluntad para atrapar a los infractores de la ley.
Para quienes no creen en la capacidad de nuestro gobierno de enmendar sus errores y volcar su atención en la lucha contra el crimen, este ha dispuesto en el marco de su misión “Vida a todo dar”, contratar los servicios de Anthony E. Zuiker para realizar una labor heroica, desmantelar el CICPC y convertirlo en C.S.I. Venezuela, y es que el creador y productor de la franquicia C.S.I. tiene lo que necesita el gobierno, un show donde el crimen padece, ante la implacable eficiencia de la ciencia, y es que aquí hay de todo para que esta idea funcione, cámaras de alta definición, escenarios ultramodernos, camionetas último modelo, científicos como Jesse Chacon, que estadísticas en mano daría el toque de seriedad, una morgue ultra moderna, ordenada y bien refrigerada donde nunca falta electricidad, un sistema de identificación de huellas, digitalizada por cubanos y el CNE, un registro de balística y armamento impulsado por Tarek Aissami - Que tiene registrado el 99% de las armas en el país – un sistema de lectura retinal, por el cual con solo ver a los implicados se ven si son sinceros o no, y lo más novedoso una tecnología Iraní, aviónes no tripulado que hace seguimiento a las bandas, completado con el lanzamiento de un nuevo satélite Chino, con el cual en una sala especial el comandante presidente en un sillón, tomara un Joystik  zurdo y con lentes 3-D acabara con sus enemigos, en un capitulo trasmitido en cadena nacional.
Solo que C.S.I. dejara de ser Crime Scene Investigation para convertirse en Crime Socialist Instigation, el espectáculo y la promesa seguirá, con otro nombre, pero con el mismo protagonista, en el país donde el crimen nunca duerme.