jueves, 18 de diciembre de 2014

Las conservas internacionales




 
Desfalcar a una nación no es cosa fácil, es un proceso complejo que necesita programación  y tiempo, pero sobre todo ambición, falta de moral, carencia de valores, firmeza en la creencia de ser mejor que a quienes se pisotea y ser lo suficientemente sociopático para disfrutar el morbo de burlarse del oprimido, del manipulable, y el indefenso.
 
Para destruir un país desde adentro se requiere de una entramada red de cómplices con el mismo talante perverso, que esté dispuesto a comprar y convencer a quienes por debilidad en su fe hacia sí mismos, y su distorsionada visión de la vida, les hace ideales para ser los cómplices y secuaces, en la transición hacia una pobreza disfrazada de dignidad, una inopia  uniformada de patriotismo, y una escasez que traspapela lo material y se encuentra a sí misma en los pensamientos austeros, del no poder y saber,
que hacer más allá de subsistir.
 
Hasta el crimen organizado precisa de inteligencia, Al Capone llevaba unas finanzas impecables, la Cosa Nostra, planificaba a  diez o veinte años, hasta la mafia Rusa sabe que si destruyes la economía de la víctimas, ellos no podrán darte lo que quieres, incluso las FARC han podido ver que en no menos de 20 años su ingreso por el tráfico de drogas, se convertirá en impuestos que llenaran las arcas de los gobiernos del mundo, pero en Venezuela, quienes manejan el dinero y el poder no conocen de esto, y ni siquiera tienen ni una octava parte del "Honor" de la Yakuza Japonesa.
 
Acabar con la economía del país, es a la larga acabar con ellos mismos, no sin hacer pasar por las penurias al aparato productivo, dejar a la intemperie la salud de la gente, diezmar la juventud a punta de criminalidad, violar los derechos humanos y ahuyentar a todo aquel que trabaja, produce, o simplemente se atreve a soñar.
 
Un banco central de bolsillo, al cual pedirle un millardito para empezar, fue como cruzar la línea de lo absurdo en medio de aplausos interminables, que acabaron con la "Recuperación del oro de la patria" , el cual no se sabe en manos de quién está, así como tampoco, el que se ha extraído de nuestras tierras durante estos años.
 
Las reservas internacionales en oro, no es un capricho, es la manera de garantizar que nuestra moneda y transacciones tienen un soporte  más sólido que una promesa, pero las ansias de dinero fácil, el hambre de poder, la ceguera económica y esa manera de pensar criminal, que asume su muerte como próxima, resteándose y tomando todo lo que pueda hoy, porque "Se está viviendo tiempo extra"  ahora, una vez más, van por lo que queda, va a convertir las reservas, en montañas de papel, y activos diversos, a los que sólo ellos le asignan valor, hasta los nazis, en su vorágine genocida, preservaban el oro de los judíos, para la estabilidad de su economía, acá por otro lado, la farsa de las reservas, podrá incluir las ollas de misia Juana, el radio de don Andrés, y las arañas de Sabaneta, - Conservas de coco - con un valor histórico inigualable, "Bienes" lo cual estoy seguro,  no dudaría Ramírez en tratar de empeñar, en el precio de la historia por The History Channel, así sea en el imperio, con tal de mantener en alto, las " Conservas internacionales"