jueves, 26 de mayo de 2011

Alicia en el país de, me da la gana


Erase una vez una joven que cuando niña sufrió una serie de vicisitudes en el país de la democracia, donde existían unos seres imperialistas, de todos los colores que la hacían sufrir con su libre albedrio, enviándole mensajes consumistas, cada vez que visitaba un supermercado, ofreciéndoles cientos de marcas y productos a escoger, que decían cómeme y bébeme. En ese mundo vil, a ella se le ocurrió seguir a un conejo blanco -Adeco y gocho, tenía que ser - que siempre miraba el reloj, ya que se le acababan los cinco años y otro vendría a gobernar, Alicia paso por la aventura de ver cosas nuevas y de decidir por qué camino tomar, manteniéndose fiel a sus principios, trato de entender a los demás, oyó consejos y basándose en una cultura de valores, vio como a la gente que se le acusaba de malgastar el dinero público, era investigada e incluso sancionada, como el caso de aquel conejo blanco.

Todo iba mejorando, la sociedad crecía y a pesar de que Alicia se juro a sí misma no dejarse llevar, por distracciones, de esas que dejan resaca mental. Algo inesperado, como un deja vu, ocurrió de repente, que desvió su buen rumbo, vio a un conejo afrodescendiente con un chaleco rojo, que se repetía a sí mismo, porque si, si, porque si, paso a su lado, entonces sin pensarlo lo siguió por una calle, y en el camino cayó en un hueco - Cosa muy común por estos mundos - con la diferencia de que este la llevo a un país diferente, extraño, una especie de mundo al revés donde la gente hacia cosas sin sentido.

En principio vio una multitud que se agolpaba detrás de un camión, que decía soberanía alimentaria, donde mujeres discutían con un señor de la tercera edad, diciéndole.

- Aquí no hay preferencias, son dos litros de aceite por persona

- A lo que respondía el señor

- Yo soy viejo y miembro del consejo comunal, así que eso no me importa.

Alicia se sorprendió y vio al conejo un poco mas adelante y continuo tras él, no había caminado una cuadra, cuando se encontró con dos conductores que no se daban paso, y uno de ellos le dijo al otro.

- Me das paso porque si.

- Pues no.

- Pues si porque soy concejal, estoy armado y además me da la gana.

Dando paso a una balacera, que por poco termina con su vida, Alicia, despavorida corrió tras el conejo, para llegar a una especie de reunión, donde cartas de la baraja tomaban vida, mientras el rey de bastos, gritaba que les corten las cabezas, que se las frían, el caballo de oros, vociferaba a PDVSA ay que defenderla y vayan al carajo, mientras un caballo de copas tambaleante decía algo así como, la asamblea no lo permitirá, por allá la sota de espadas manifestó , la ley esta de nuestra parte, somos soberanos, a todas estas, Alicia, asustada, se encontraba en medio de muchas barajitas que murmuraban cual rezo, si mi comandante, viva la revolución, en eso el rey de bastos llamo al conejo afrodescendiente y este haciendo un ademan con sus manos, subió a la tribuna y expreso lo siguiente, ¿saben qué? A esos imperialistas que creen que nos van a sancionar, les digo, no les vamos a parar… ¿Y saben por qué? Porque no nos da la gana, y estamos en el país soberano de, Me da la gana, es que acaso no lo saben, aquí todos hacemos lo que nos da la gana y ya, para eso somos independientes, la lucha por la independencia continuara... En eso a Alicia sintió que todo daba vueltas en su cabeza, imágenes de gente abusando de otras, presos políticos, gente tirando basura a la calle, milicianos invadiendo propiedades, dinero malgastado en armas, damnificados en refugios comiendo promesas, niños en la calle armados, policías asaltando, médicos mal pagados, las universidades cerrando por falta de presupuesto, violadores libres porque la fiscalía no sabía de sus antecedentes, viendo esto, Alicia no soporto mas, sintió desfallecer, cerró los ojos, y de repente, despertó sobresaltada de una pesadilla, era una mañana del 2015, todo tomaba su rumbo, con fallas, pero algo era seguro, ya no estaba en el país de me da la gana, y eso era una bonita realidad.

Así como hay gente que sus sueños los traicionan, hay personajes literarios cuyos sueños pueden tener más de un giro, uno de esos personajes es Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll, usted conoce la historia, ahora le toca escoger el país, ó seguirá viviendo en el país de me da la gana.