miércoles, 31 de diciembre de 2014

Entre el 2014 y el 2015


Este año ha estado lleno de contradicciones, retos, desesperanzas, y situaciones difíciles en el ánimo nacional, hemos sido partícipes de protestas, desencuentros, nos topamos con injusticias y nos desgarramos ante la muerte de jóvenes que sólo pretendían, elevar su voz de descontento, expresar las ganas de un país diferente, de soñar una vida con sabor a futuro. También el miedo toco nuestra puerta, a veces con cara de amenaza pública, otras más cercana, como el sonido metálico de un arma que toca tu ventanilla, para quitarte algo, muchas veces para quitarte hasta los latidos, latidos de un corazón que se resiste a morir de mengua en los hospitales, que se desespera al no encontrar el antídoto contra su mal, o la herramienta para su salud, latidos que se estrellan en una interminable cola, para muchas veces no encontrar lo suficiente o simplemente encogerse en hombros ante el se acabó.

Durante el 2014, cada éxito personal, podía ser opacado por un fracaso colectivo, y una celebración familiar, muchas veces tenía sabor a descontento público, pasamos de la desesperación de trincheras, a la quietud resentida del no saber que hacer, un no saber que se agiganto en quienes tienen el poder, llevándonos a una crisis, de ley, valores, y rumbo, que nos arrojo a una pelea, donde la corrupción le gana a la economía, la ineficiencia al estudio y la ambición al sentido común.

Sin embargo mis ojos brillan y mi razón se embriaga de emoción, cuando veo gente que trabaja y se gana la vida de forma honesta, cuando escucho a jóvenes que hablan de emprendimiento y de seguir estudiando, a padres dejando todo en la calle, para que sus hijos  salgan adelante de manera limpia, sin trucos, ni vivezas que los puedan llevar a ser malas personas, padres que les enseñan a no abusar de nadie, a no creerse mejor que los demás, pintando la línea del bien y el mal, con pintura de ejemplos y luces de dignidad.

Es en estos momentos y en los que vienen, es donde la fortaleza de lo que somos, la energía interna y la fuerza creadora que habita en nuestro ser, nos hace únicos y diferentes, son los momentos, en que el tomar la decisión de ser positivos, de ser un ente de cambio, nos lleva a contagiar a nuestro entorno, de lo bueno de la vida, del punto de vista positivo, y del placer de disfrutar del momento, de cada éxito alcanzado, en un abrazo, un beso, en nuestro trabajo, una meta, un logro, en cada amanecer o atardecer lleno de colores que nos regala la vida, y esto no significa no tener miedo o no ocuparse del cambio, es más una recarga de energía que nos potencia en nuestros proyectos, es el estar bien para poder ayudar y tener la fe en lo positivo, porque todo es posible.

Es por esto que siempre quiero regalarles

Mi buen humor - Más que una defensa es una reflexión que nos invita a la humildad -.
Mi sarcasmo - Más que agresividad, es exponer a lo absurdo ante el sentido común -.
Mi positivismo - Más que ingenuidad, es no rendirse a perder gente buena -.
Mi esperanza - Cada uno de ustedes, encontrando su fe en Dios y en lo que pueden hacer-.

Feliz 2015, y que sea mejor de lo que ustedes esperan.
Les desea Alejandro Arismendi

miércoles, 24 de diciembre de 2014

Los renos malandros



Muy lejos de la tierra del nunca jamás, en el país de no volverán, una contienda con el imperio, y bajo la premisa del porque la tierra de "Santa" era el polo norte, y no el sur, o más bien el Ecuador - Cuestión que afectaba directamente al camarada Correa -  se decidió, entre pitos y matracas, entre música y sonrisas, que lo más adecuado era "Crear" un nuevo Nicolás, o en el peor de los casos, a falta de tiempo, elegir uno, y es que eso de que la repartidera de regalos, sea por igual a niños dignos y a niños burgueses, a la clase obrera y a la oposición apátrida, no puede ser, además no es constitucional, no pasa por la contraloría social y dista mucho del plan de la patria, signifique esto lo que signifique.
 
 Nada mejor que crear algo nuevo, dentro de la política de paz y en línea con los cinco motores de la revolución, para destruir esa  historia fascista y hacer una propia.
 
Para esto se cuenta con el asesoramiento cubano, la tecnología iraní, la experiencia rusa, el financiamiento chino, el apoyo incondicional del ALBA y los satélites Bolívar y Miranda, los cuales están listos para brindar el posicionamiento comunal, y la conexión a las mejores bandas, ya sean anchas o colectivas.

 Sin embargo aunque se vista de rojo y se ría de todo - Jo jo jo jo -, sea bueno regalando barriles, cheques, maletines, e incluso tenga aviones rotulados con letras color naranja para prestárselo a los panas y sus niñeras, todos coinciden que para llevar el trineo, o el carro - Como se le llama en las prisiones - se necesita liderazgo, más si los vestidos de verde - Los duendes - manejan casi todos los "Negocios" productores de regalos.
 
Es por esto que para que los regalos se "Distribuyan" con criterio de socialismo del siglo XXI, el secreto está en los renos, deben ser ambiciosos y disciplinados, agresivos y sumisos, con sangre de pranes y piel dura, cínicos y sonrientes, pero sobre todo con la capacidad llevar el trineo, por encima de la gente, atropellar la libertad, aplastar la economía, mientras arrasan con lo que queda y se apoderan de "Los regalos".
 
No importa hacer agosto en diciembre con las divisas, ni acabar con los sueños de los  demás con colas interminables, para a veces ni siquiera poder comprar nada, lo importante es seguir avanzando a paso de vencedores, usando de combustible la constitución.
 
De todas formas, ya todos saben, que quienes halan el trineo, los que están en el tren, son todos, unos renos malandros.

jueves, 18 de diciembre de 2014

Las conservas internacionales




 
Desfalcar a una nación no es cosa fácil, es un proceso complejo que necesita programación  y tiempo, pero sobre todo ambición, falta de moral, carencia de valores, firmeza en la creencia de ser mejor que a quienes se pisotea y ser lo suficientemente sociopático para disfrutar el morbo de burlarse del oprimido, del manipulable, y el indefenso.
 
Para destruir un país desde adentro se requiere de una entramada red de cómplices con el mismo talante perverso, que esté dispuesto a comprar y convencer a quienes por debilidad en su fe hacia sí mismos, y su distorsionada visión de la vida, les hace ideales para ser los cómplices y secuaces, en la transición hacia una pobreza disfrazada de dignidad, una inopia  uniformada de patriotismo, y una escasez que traspapela lo material y se encuentra a sí misma en los pensamientos austeros, del no poder y saber,
que hacer más allá de subsistir.
 
Hasta el crimen organizado precisa de inteligencia, Al Capone llevaba unas finanzas impecables, la Cosa Nostra, planificaba a  diez o veinte años, hasta la mafia Rusa sabe que si destruyes la economía de la víctimas, ellos no podrán darte lo que quieres, incluso las FARC han podido ver que en no menos de 20 años su ingreso por el tráfico de drogas, se convertirá en impuestos que llenaran las arcas de los gobiernos del mundo, pero en Venezuela, quienes manejan el dinero y el poder no conocen de esto, y ni siquiera tienen ni una octava parte del "Honor" de la Yakuza Japonesa.
 
Acabar con la economía del país, es a la larga acabar con ellos mismos, no sin hacer pasar por las penurias al aparato productivo, dejar a la intemperie la salud de la gente, diezmar la juventud a punta de criminalidad, violar los derechos humanos y ahuyentar a todo aquel que trabaja, produce, o simplemente se atreve a soñar.
 
Un banco central de bolsillo, al cual pedirle un millardito para empezar, fue como cruzar la línea de lo absurdo en medio de aplausos interminables, que acabaron con la "Recuperación del oro de la patria" , el cual no se sabe en manos de quién está, así como tampoco, el que se ha extraído de nuestras tierras durante estos años.
 
Las reservas internacionales en oro, no es un capricho, es la manera de garantizar que nuestra moneda y transacciones tienen un soporte  más sólido que una promesa, pero las ansias de dinero fácil, el hambre de poder, la ceguera económica y esa manera de pensar criminal, que asume su muerte como próxima, resteándose y tomando todo lo que pueda hoy, porque "Se está viviendo tiempo extra"  ahora, una vez más, van por lo que queda, va a convertir las reservas, en montañas de papel, y activos diversos, a los que sólo ellos le asignan valor, hasta los nazis, en su vorágine genocida, preservaban el oro de los judíos, para la estabilidad de su economía, acá por otro lado, la farsa de las reservas, podrá incluir las ollas de misia Juana, el radio de don Andrés, y las arañas de Sabaneta, - Conservas de coco - con un valor histórico inigualable, "Bienes" lo cual estoy seguro,  no dudaría Ramírez en tratar de empeñar, en el precio de la historia por The History Channel, así sea en el imperio, con tal de mantener en alto, las " Conservas internacionales"
 

domingo, 2 de noviembre de 2014

El paranoico de la esquina



Al principio todos se reían de él, de lo que decía, cómo actuaba, de la manera de decir las cosas, y de alguna forma, cuando expresaba lo que sentía y advertía a todos lo que veía venir, atizaba en la gente, ese pequeño monstro que algunos albergan dentro de sí, ese pedazo de miseria que se burla de la insania mental, que no entiende ni quiere entender lo distinto, y que usa el término “loco” como accesorio distintivo, que denigra y cree que ayuda elevarse por encima de otro, que incluso puede tener la razón.
Cuando él hablaba de perfil autoritario, de incitación al odio, de destrucción de valores, era considerado un alarmista, nada más al tocar el tema del comunismo, de “Cubanización de Venezuela, de la perdida  de la libertad, el termino para llamarlo era disociado, y apenas empezó a tocar el tema de las expropiaciones, la destrucción de la economía, la devaluación e inflación, el “Loco” era un pájaro de mal agüero. Para algunos los síntomas terminales de esa locura, se manifestaban cuando comentaba que bandas armadas nos gobernarian, que haríamos cola por jabón, champú, medicamentos, pañales e incluso pan, que cada día habría menos trabajos y que perderíamos generaciones bajo el esquema de destruir la educación e incentivar el ganar dinero sin trabajar.
Si, ya ni querían escuchar al paranoico de la esquina, eran aterradores  e inimaginables sus delirios, la gente moriría de mengua en los hospitales, la muerte nos asecharía en cada esquina, los medios serian solo para adular al poder e importaríamos gasolina.
Todos se reían, no había quien se apiadara de él, algunos optaban por la condescendencia o la lastima, incluso algunos hablaron de que la mejor ayuda para el seria la “Reeducación”, pero al final era más fácil olvidarlo o ignorarlo, que entenderlo o ayudarlo.
¿Milagro o desventura? El paranoico de repente mejoró, la gente empezó a verlo con respeto, una dosis de la penosa realidad en la que estaban aterrizando todos, lo hizo cuerdo como por arte de magia, la gente comenzó a buscarlo y escucharlo, aunque muchos, a pesar de lo tangible del presente, preferían seguir llamándolo “Loco”, que tener que sentir el amargo sabor de la aceptación, cuando se insiste en tomar una cucharada de lo que no se puede ocultar.
Estaba curado, pero no por mucho tiempo, tan solo fue una leve mejoría, los síntomas volvieron, pero esta vez en forma de esperanza, de pensamientos positivos como el que los venezolanos entenderán que se precisa un cambio profundo, que el despertar está por llegar, que el vil egoísmo, no volvería a triunfar, y por supuesto, que todo se enrumbará a lo que siempre hemos querido, un país de gente que hace bien, que se desarrolla y aspira a una mejor calidad de vida.
Loco, aun lo llaman así, pero ya somos muchos que estamos convencidos, que el paranoico de la esquina, siempre ha tenido la razón.

miércoles, 6 de agosto de 2014

¿Golpe suave, o guerra civil fría?





Llueve, el negro de la carretera, es un jabón aceitoso con olor a coque y caucho, que con cada camión que pasa, asperja ese perfume sobre los que se mojan al lado de la vía, pero es la vaporización de ese perfume, el que se queda en la ropa y rostro de sufrimiento, de la niña que vende café, agua y chicharrones, en su "Negocio" improvisado, a la mitad de un reductor de velocidad enclavado en el medio de la nada, tan solo atado a un asta, cuya base es un rin viejo, con tres peñas sobre él, en cuyo tope, una sombrilla pelea contra en viento, el sol o el agua según lo dicte el día . La niña que pronto será madre y responsable de una pequeña vida, y de la suya, no puede dejar de intentar vender algo, ganar el diario, su mano después de cinco días de lluvia aún se agita con los vasos plásticos en ella, no puede esperar que la convergencia ínter tropical pase, para ella son sólo palos de agua, que agudizan el sufrir normal de estar atada al pavimento, de no moverse en una vía, que le pasa sin destino para ella. Eso de que lo importante no es el destino, sino la vía que recorremos, es una falsedad tan transparente, como el agua que la moja desde comienzos de la mañana, su sufrir, tiene un color diferente al de la niña del barrio, cuyo hastío no se mata con la lectura, o el querer ser mejor, porque bajo el sol, su tiempo se cuenta a respiros en una cola para comprar algo que revender en la próxima esquina.

Para un niño, confundir la felicidad, con una sonrisa furtiva, es muy común, más si se juega con palos, en medio de una avenida, tras el receso robado al semáforo en verde, porque rojo es bueno, en el, se puede pedir.

Ellos son comunes, flores silvestres que crecen a orillas de la indiferencia, son números que no se cuentan en el mega plan vacacional de un ministro mediático, ellos, que se transparentan antes los ojos de un país "Cheverito" no saben de guerra económica, de aumentos, inflación, no saben del Medio Oriente, ni saben lo que es ser rescatados. Son hijos de la intrascendencia internacional, cerca de ellos no caen misiles, sus padres no nacieron odiando y siendo odiados, no entienden que la pobreza es una bomba que te mata lentamente y que la falta de educación no te destroza una pierna, pero discapacita la mente y los sueños.

Nadie en el gobierno, hace una gira por las carreteras del país, buscando a estos niños, nadie los ve en los semáforos, los buscan al otro lado del mundo, para servir como muletas políticas, como instrumento de ataque a una realidad ajena, mientras nuestros niños quedan huérfanos,  por una guerra de armados, contra desarmados, de trabajadores contra delincuentes, ellos no son huérfanos que le importen a una ideología, no fueron bombardeados por  los amigos del imperio, no merecen ser rescatados, son más valiosos si crecen manidos, rotos, con poco para comparar, son un daño colateral de un "proceso" que  habla de un golpe suave, a un país que vive una guerra civil fría, a ritmo de los caídos que contabilizan la desesperanza de un país, una fría guerra civil, cuyo campo de refugiados huele a desplazados silentes, que dejan atrás sus raíces por seguridad.
 
¿Acaso seré un desalmado, porque me duelan más los niños de aquí, que los miles que traerán de Palestina? ¿O quizás la única forma de recuperar el alma perdida de tanto destrozar tu país, es comprando una que se vea, ante los ojos de quienes no conocen la verdad? El tiempo y la gente, lo dirá. 


sábado, 10 de mayo de 2014

La madre número 13





Amalila quería ser madre, pero tuvo que suspender el  tratamiento hormonal, no era lo planificado, pero traer el tratamiento del exterior, que antes se encontraba fácilmente, no era posible, Estefania, no planeaba ser madre, pero debido a una condición, tiene contraindicado recibir tratamiento hormonal y  el hecho que no existan dispositivos intrauterinos a la venta, cambió su vida, hoy recibió la noticia, está en embarazada, quizás o era el mejor momento, ni se sentía preparada, pero es una bendición, Adriana periodista embarazada, es asesinada de un balazo, por un ex presidiario con porte legal de armas y que aún disfruta de libertad, Susana da a luz un hijo prematuramente, sus pequeños pulmones no están maduros aún, se precisa administrarle surfactante, pero no se encuentra, no hay, el ruego es doble, una bacteria en el hospital, de la cual ya se había advertido al director del mismo, sin lograr que este aceptara la realidad, habría cobrado siete cortas vidas, allí mismo un neonatoóogo, había renunciado, porque "El estudio para salvar vidas, no para ver cómo se pierden sin razón"
En un clínica, Griselda da a luz un niño hermoso, a la semana, se complica con una meningitis, los hospitalizan, todos los recursos están a su disposición, pero no pueden tomarle una vía, para atacar con antibióticos, no se encuentra en todo el país, un catéter French 3.5,  se requiere un cirujano pediatra intensivista, que se arriesgue a colocarle uno 4.0 que es el que hay, al otro lado de la ciudad, Juanita madre de cuatro, sueña con sacar a sus hijos adelante parándose temprano y vendiendo como siempre sus empanadas, pero ya no puede estar al pendientes de ellos, porque pasa horas y camina muchas cuadras, todos los días, buscando harina, aceite, y la leche que necesitan en casa, a Valeria, le preocupa que su único hijo tenga oportunidades al salir de bachillerato, quiere salvarlo del adoctrinamiento, de la ideología del desastre, del 058, de la nodriza cubana, del pensamiento único.
El caso de Gabriela son tres historias, todas nacidas de su vientre, su hija mayor quiere irse el país al apenas graduarse, su segundo hijo, cree que la solución está en la calle, en la protesta, en la resistencia, y el menor, el que cree en el diálogo, la paz, y la razón, hoy está preso, luego de que en la madrugada , los sacaran del campamento a golpes, acusándolo de tener armas y drogas, pero sobre todo de tener sueños de libertad.
El hijo de Blanca, apenas sale de cuidados intensivos, recuperándose del balazo que comprometió su pulmón, mientras que Lilian saca fuerzas desde donde no tiene, para ver a su esposo y compañeros, presos por pensar diferente, ya Bonys sabe lo que es criar a sus hijos, luego de que la irracionalidad y la injusticia, le arrebatarán sus mejores años, mientras Rosa, convirtió las lágrimas por la muerte de su hija Geraldine, en la búsqueda de la verdad y la justicia.
Para doña Josefa, de 68 años, las bombas lacrimógenas, son sólo un recordatorio de todas las injusticias, para las que el llanto, es apenas un condimento que aliña su lucha desde su esquina, pancarta en una mano y Rosario en otra.
Todas están en el mismo barco, en la misma carencia, no celebran su día, conmemoran lo que fue, la madre número 13, es como todas, no sabe lo que pasará mañana, no tiene nombre pero tiene rostro de preocupación, es el ejemplo, es el amor, pero también la fuerza del cambio, para todos y para bien.